La luna llena
cambia al cuerpo
y el cuerpo habla,
pide cuerpos.
Chiquero de pensamientos,
dientes sucios,
nubarrones tapan al sol.
Salí y sentí
el cansancio del espacio habitado.
Y cuando me vi volviendo
quería que te quedes
bien adentro.
No pongas
tus manos en mi espalda
duele cada tanto,
arde la nuca en el abrazo.
Sacate la corporeidad;
y quedate vos.
Dame de comer
que estoy agotada,
viviendo acunada
en el pensamiento
en el pensamiento
y nutrida
por un yuyo sanador.
La calma y los límites,
hacen lo suyo
nadie sostiene el mundo,
ahí es donde salen los murmullos.
Saquemos provecho
de esta noche
el frío no es tan crudo,
y en la mañana seamos nosotros
los que habitamos al aire.
En degradé,