martes, noviembre 27, 2007

Autochocador


Una radio que se cae al suelo. Un parlante que se disuelve al impacto y chau sonido. Un antena que no transmite, pero a su vez quiere hablar, un montón de palomas que la usan para mirar nuestra vida pasar. Un ruidito sin sentido que se conecta con un auto que frena de golpe, todo justo a tiempo, una esquina, vos y yo, nuestros anhelos esperan que corte el semáforo, cruzan. Una máquina de hacer canciones, una que se manda una macana y se vuelve la canción de amor del momento, odia ver a las chicas cantarla y ver los destellos de felicidad en sus gestos. Palabreríos vacíos, las nubes que se acumulan en el cielo, simulan lluvia pero no hacen nada. Tantas cosas que contar. Solamente 5 dedos de cada mano, que se entrelazan, un paquete de garrapiñadas y ahí vá. Vida, mi vida.- Hola.
-Hola, duen día.

Hora de la siesta acá en casa, hay que hacer pero las ganas no llegan (nunca se fueron las de verte, verte de verde me hace bien =). Una película aburrida del cine, y al salir, estirar los pies, esa sensación es la mejor .
Vover.

-Buenas noches vida, hasta mañana. (Colgarla transparente en una percha junto a la cama, como si fuese el uniforme del colegio. Mañana, mañana capás que la vista de vuelta.)

martes, noviembre 20, 2007

De Hadas en un primer piso


Qué triste que hubiese sido nunca sentirme así. Que nunca me besen como ahora.
Que rara que me hacés sentir, y que lindo que se siente decir rara en este caso.
Cuanta pequeñez y cuánta fuerza ejerce sobre nosotros dos.
No aguanto mas las ganas....


De ver tus formas, tus dedos, tus ojos, tus gestos. Vernos, ay! ¡Vernos reflejados! por favor que hermosura!
No te imagino todavía, pero te siento con tanta inmensidad dentro mío que no sé para donde mirar sin que se me cristalicen los ojos, no me alcanza nada, nada, ni el amor para decirte algo, si querés, si te sirve, te regalo todas las sonrisas que voy coleccionando hasta ahora como un adelanto, y mis manos que intentan tocarte todo el tiempo, tuyas, para siempre.


Frágil sos, y sos lo que resta de la primavera, un verano entero y un poquito de invierno... Describirte como un verano en el que te sentí crecer, el invierno donde experimenté mas amor hacia nadie en el mundo, los cuentos mas coloridos para vos, las canciones mas hermosas que nadie escuchó, mil cielos de papel y los síntomas de felicidad tan claros en mí ahora, que no caben dentro de esta habitación.
Correría hasta tu casa para sacarte de ahí y que vivamos en la nuestra, que de a ratos, se parece al castillo de los cuentos, donde nadie hiere a nadie, y si fuese por mí, viviríamos felices para siempre.


Feliz, arrebatada. Distraida con razón.