sábado, febrero 09, 2008

Uia, me volví novelista, soy el personaje principal y le afano a Feinmann!


Había que abrir una puerta blanca, subir unas escaleras de metal soportando un olor a fritanga y a encierro fermentado, golpear otra puerta blanca para entrar a una habitación de paredes manchadas de humedad, tenía una ventana amplia donde se avistaba un cerro, pensé que en verano debía ser agradable ver todo eso reverdecido, conocía todo dentro de esa habitación pero preferí quedarme quieta ahí, esperando a que alguien llegue y me diga eso tan importante que querían que haga, el calor me golpeaba y por lo que ahí sentí, me pareció que el viento no existía.

Sentí las voces y me inquieté, comenzaba a sentirme ansiosa, pensé en pedirle un cigarrillo a un flaco alto, con cara pálida, ubicado justo al lado de una puerta, como si cuidarla fuese su único deber en la vida. Algo me contuvo, quizás el hecho de no querer retomar ese vicio asqueroso. Por fin los pasos se asomaron por la muy bien cuidada puerta y me entrevisté con el individuo mas desagradable que había visto en años.

Tenía una joroba en su espalda, poco pelo y las cejas gruesas. Un acullico de coca que, supongo yo, repelen a cualquier mujer con buen gusto y la piel grasa. Una gota de sudor le calló por la frente y su voz partió el clima en dos.
-Acá es donde se encuentra lo tuyo, tenés cuatro días para sacarlo de circulación, no sé que harás, pero eso es todo lo que, por ahora te puedo decir, mas adelante te voy a ir diciendo mas. Anotó unas cosas en un papel amarillento y me lo dió. En ese momento el custodio inamovible de la puerta se ubicó justo detrás del escritorio y miró por la ventana, me pareció un muertovivo.
- Cuatro días, dije.
-Si nena, cuatro, para el viernes quieren que termines lo tuyo, cualquier cosita llamá, pero no vuelvas hasta que nosotros te llamemos. -Se levantó. El muerto volvió a su ubicación.


Salí de el edificio y paré un taxi, estaba paralizada, sentía miedo y adrenalina lo que me sorprendió, yo había decidido meterme en este lío sola, dije la dirección de mi casa y abrí el papel, vi que ese lugar no era lejos, pedí que mejor me lleve hasta ahí. Pasamos las vías y entramos unas cuatro cuadras, cada una mas tranquila que la otra.
-Pare aquí, dije. Pagué y bajé.



(quieren mas?!?!??!?!?!?!?)