jueves, abril 23, 2015

Ya lo dijo alguien,
aquí está todo inventado
a lo sumo puedo inventar,
formas de contar.

7 am, colgada del caño del colectivo
que dobla y gira
como queriendo tirarnos. 
Pienso en si toda esta gente sabe que existe. 


Si, existe por eso se agarra como puede a lo primero que encuentra.


Quiero sobrevivir, al menos, a este viaje.
Intentando pasar desapercibida,
caminando partida como vengo viviendo
hasta el fondo del pasillo y tocar el timbre.

Pasar de largo la parada
caminar cuatro cuadras para llegar a mi casa, 
que no es mi casa, 
es del titular que me la alquila.
Últimamente quiero vivir emborrachándome,
últimamente quiero vivir muriéndome 
mientras beso la comisura de unos labios.
La comisura de tus labios.

Últimamente quiero pasar desapercibida y no puedo. 
Rompo, 
destruyo, 
quiebro,
parto 
y me parto. 

Es que vivo partida al medio, 
de extrañar,
de saberme de otro lugar. 
No se ser de aquí,
¿de dónde es que soy?

Me gustaría cortar el pasto los domingos.
Comer chatarra,
buscar información basura en internet 
y fumar un porro.
Caminar descalza sin resfriarme,
comer chatarra otra vez sin culpa,
obesidad mórbida de pensamientos sin sentido.
¿Obesidad mórbida? ¿En serio existe eso?

Me gustaría despertarme en una playa 
encontrar una sirena pensando que es normal.
¿Qué es normal aquí?
Tener que activar el instinto de supervivencia a las 7 am en este colectivo, 
eso es normal.

domingo, abril 12, 2015

Aviones de papel

La hija andaba deambulando desde tempranito, la sentí haciendo ruiditos en la cocina y me dió un beso con mermelada de frutilla en la frente.

La noche anterior le habíamos puesto paracaídas hechos con bolsas del super a los muñecos y ella los tiraba trepada de una silla. Caían bailando en el aire.

A mis ojos es hermosa. Mis ojos son, construyen mi mundo. A los ojos de mi mundo la hija es hermosa desde el momento en el que la concebí.

La hermana dibuja ventanas en avioncitos de papel. Mis hijas juegan y navegan los aires acorralados del living. Caballitos de mar dibujan la paz del hogar. Me realizan. Pienso en mi madre y si alguna vez me vio con ojos similares. Deseo que si. Sentir así es vivir amando.

Pienso en curitas mentales para las hijas y que no sufran nunca. No existe maldad, solo leche con azucar saborizada de frutilla. Revuelvo y pienso en mudarlas de planeta.

Bañarlas y acostarlas cerca mío para siempre. Hermosas desde que las levanté por primera vez en los brazos, salieron de mi panza, en mi panza quedó marcada una sonrisa blandita. Los abrazos son cinturones de seguridad simbólicos cuando son tan chiquitas.

Mamá me había regalado un poema pidiéndome que no crezca. Ahora entendí que le pedí libertad y crecí. Caballitos de mar dibujan la paz de mis emociones. Los aviones de papel rescatan a los muñecos paracaidistas del living. Me quiero quedar a vivir en este instante un par de eternidades.




martes, abril 07, 2015

hacer cosas

Sentí un ruido agudo,
previo al impacto
y finalmente,
el choque.

Lo ví, por la ventana
el techo de un auto
estaba abierto en diagonal.

En un rato me levanto,
en la cama soy
yo hibernando,
yo llorisqueando.

Me guardo,
es que últimamente
no puedo salir
sin querer emborracharme.

No nací Steve Buscemi,
no pedí nacer,
y pienso con la panza.

Recé cada nochecita
a la mariquita,
y no me dijo que si,
un semblante incierto,
el velo desteñido.

Amanecí siempre
con la sensación
de tener los zapatos
empapados.

Amanecí también
queriendo abrir
la heladera descalza.

Que qué quiero?
hacer cosas con palabras,
mandar todo al carajo
para hacer cosas con palabras.

Dejar las manos
la cara, la cintura,
los ojos que te miraron fijo,
mi voz de pito,
mi pelo sucio
en prosa,
verso,
bloque,
que importa.

No nací Hemingway,
yo no pedí nacer,
no se escribir,
no me se morir,
y hago cosas con la panza.




lunes, abril 06, 2015

lunes

El 3C es la línea más nefasta de bondis que el ser humano creó en la historia del planeta . Su chofer es un forro, un subnormal con cara de orto que maneja una caravana de bronca en quinta todo el tiempo. 

El circuito que atraviesa es el más violento a nivel simbólico que pudo existir: sale de un barrio clase media baja, atraviesa la rural y luego dos avenidas plagadas de semáforos mal sincronizados que marcan a destiempo el inicio de tu semana.

Suben docenas de pibes que van al colegio con mochilas enormes cagadas de cosas, uniformes y sueño. Tres paradas después sube un contingente de canas que, apostados en las puertas traseras, emanan mensajes de texto a diestra y siniestra ¿Dónde aterrizarán? ¿Qué dirán?. Siento un olor penentrante a rexona man. 

Nada inspira por estos días, todo está lleno de carteles de políticos y basura acumulada en las equinas. Los salteños somos buenos para cagarla, siempre. Los cerros están ahí es una cuestión de karma, como abriendo la herida de este a oeste.

Un mar de uniformes me rodea, a mí que nací para estar errada y me puse medias nuevas un lunes. Me toca bajar, me gustaría gritarles a todos lo mal que me hacen, pero se que mañana la rutina me vuelve a juntar con todos y cada uno de los individuos que poblaron mi viaje. No nos conocemos, pero nos vemos las caras a diario, son rutina, parte de mi procesión de malestar general cotidiano.

Me bajo justo cerca de la cuarta, donde también se dirigen los policías que subieron en el barrio. Y ahí estoy, un lunes atravesando la capital con mis piernas largas, pollera y medias simpáticas encabezando al equipo de azules represores y superpoderosos con destino a las obligaciones del orto que les toca. 

Extraño a mis viejos y a mi bicicleta en la que embanderaba la liviandad de las mañanas en dos ruedas. Extraño todo y no hago nada, me volví a caer por el peso de los pensamientos. 

Me silban. Sonrío, porque antes de estar enamorada fui ultratrola. Ultralibre. En mi tracklist suena la versión de Tom y la Bestia Bebé. Esa versión es ufffffff, desgarradora.

Llego. Hola trabajo. Afuera hay sol y vos no tenes ventanas. Siempre creo que va a aparecer algo onda gotzilla y no nos vamos a dar cuenta. Una caja de zapatos enorme. 2500 tipos alienados. Sueño con un incendio ahí adentro. La liberación humana de todos los que habitamos ese mundo terrenal y vacío.

A trabajar. En una eternidad o dos voy a ser un pájaro que va a vivir en la letra de una canción de Jaime sin Tierra.







viernes, abril 03, 2015

Y qué si no tengo más ganas de escribir. Trato y no sale, está todo acumulándose. Las cosas que leo siempre son mejores. Las canciones suenan y yo ni las escucho. Pierdo el tiempo esperando respuestas que a la larga no me interesan. Y qué si estoy subiendo de peso indiscriminadamente, trago todo. A la larga te vas a aburrir, vivo para repetirme. Creo que es bueno comer y vomitar de vez en cuando.
Tengo las piernas cansadas, y son largas. Soy tosca, pero frágil. No sé que va a pasar mañana, pero se que la única solución real a mis problemas es morirme. La otra noche me imaginé que entraba a tu casa y prendía fuego todo mientras bailaba frente a las cámaras de seguridad. Neurosis. Voy a votar a tu peor enemigo. Después arrepentirme y a llorar desconsoladamente mojando la puta máquina de voto electrónico. Afuera la fila de personas espera. Está esperando cumplir con su obligación creyendo que la democracia existe, se va a desesperar porque no salgo, no voy a salir por un buen rato. Voy a llorar tanto y a mojar la máquina hasta que se descomponga. Llevame mandarinas a la cárcel, decime "amor" ahí y va a ser real. 
Si el dentífrico no dura un mes, no puedo comprar otro. La cuota del colegio de mi hija mayor es más cara que mi vida. No se por qué la pago, no creo en las instituciones, pero la pago. Soy igual a la gente que trabaja y el trabajo la llena de odio solo para buscar lo mejor. La gente tiene una especie de fanatismo por lo mejor. Van  "al mejor hospital", "al mejor colegio", "al mejor abogado". Y qué, siempre perdemos, al menos en mi vida, todos perdemos. Acabo de abrir la puerta y estaba en bombacha, todavía tengo baba pegada en mi cara.
Ayer trate de pensarte y sonreír, me salió emocionarme y escribir. También me acordé de la última vez que mis viejos me abrazaron, casi que pasaron 10 años. Revivo el momento y puedo oler el perfume de mamá, olía a manzana y estaba hermosa. Ahora papá está en silla de ruedas, cuando lo veo quiero correr alrededor suyo y mostrarle lo divertido que es que yo pueda hacerlo y él no. Estoy llena de odio hoy.