miércoles, agosto 31, 2016


La pasión fría
no nos derrite tanto
como el recuerdo.

Me dividen
tres centímetros
del hilo
silencioso
que cuelga
de tu pantalón.

Voy tirando,
soy ovillo
en tus
redondeces.

Como un
pez en el
agua
voy lamiendo
el vino seco
del costado
de tu boca.

Saboreo,
disfruto,
lengueteo
cada comisura,
cada choque,
cada burbuja.

Me arrincono,
al borde
de esta silla
te parasito
todo el tiempo.

En idas
y vueltas
voy,
me tropiezo,
no se controlar
mis impulsos.
No sé besar,
tampoco sé
como es querer
sin enfermarme.

Me balanceo
en eso que digo
busco y encuentro.

Extraño
esas superficies
tan suavecitas
en las mañanas lentas.

Después de
llenarnos
los vacíos
quedamos
con los cuerpos
lentos.

Es que cuesta
procesar
la nostalgia pesada,
al fondo de un vaso.




miércoles, agosto 10, 2016

Agosto
es el mes
del zonda,
que cuelga
de las nubes
tapando
el sol.

La sana
envidia
que le resta
velocidad
a la media 
mañana.

Como tu egoísmo
de no prestarme
el alma
para jugar
a entender
de dónde viene
este color.

Labio
inferior partido,
de amor
amorfo
gris,
estúpido 
y quieto.

Mucho polvo,
partículas de piel
que se esparcen
en la atmósfera
y se van.

Como yo
desbocada
que digo
lo que siento
y hago otra cosa.

Agosto 
es el mes
de los muertos,
son ellos
penando
que llegan
de cerros
distintos
y se asientan
sobre los hombros
y se quejan
del calor seco.

Agosto se creó
para que lloremos
en días distintos
la fragilidad
de las palabras.

Parece una parodia
no da ni para
falso carnaval,
entre vírgenes,
papel picado
y cascabeles.

Pretendo 
emborracharme
y distraerme
de saber
que cada día
es más difícil
vivir 
en este cuerpo
todo quebrado.

Por eso
agosto 
es un monstruo
que pasa lento
como 
punto medio,
un loop,
una pausa
que desespera
esta vuelta
a casa.