sábado, junio 11, 2016

Me abracé a un ramo de flores que alguien me regaló hace 250
borrones de
típex
Usé el gerundio y viajando y viajando
mi nuca y explotó
algo dentro de
algo



**

No tiene sentido
escribir poemas
en word o en drive
si quiero subirlos
ahora.

Tampoco tiene sentido
escribir sin sentido
o trabajar 12 horas,
en algo
que nunca
será bueno.

Esa foto
de una moto
negra y blanca
en Instagram
no tiene explicación
alguna,
tampoco la flor
tatuada en ese brazo.

Menos que menos
el precio
de ese licor de café al coñac.

La puerta abierta,
la llave puesta,
aterrizar nuevamente
en el whatsapp
y derrapar así.

El disco de Santiago
en spotify,
las 4 notificaciones
del twitter,
el retwit del laburo.

Nadie vio
el video casi-porno
nunca enviado
por snapchat.

Esa innecesaria
última
y el cambio
de color de
los cerros
cuando atardece
en la autopista.

El mensaje de las 22.59
el doblecheck azul
cobani mal.

Nada es significativo
o todo es
cuando amanecemos
umbilicales
a la señal wi fi.

Te extraño
por voice
note.
Así
se van lijando
los contornos
simbólicos
de las cosas
que decimos.

No encuentro
frase perfecta
para graficar
por qué
el silencio, muy silencio
se hace complicidad
y culpa.

Todo carece
de sentido
cuando hay
demasiado tiempo
vivo,
para tan poca(s) palabra(s).