martes, febrero 25, 2014

El genio y yo.




-          Curamos la resaca, pagámos los útiles y vemos.
-          Fueron a buscar a Medina?
-          Estaba en la cama, igual dimos vueltas con el gordo y una cerveza.
-          Horrible.
-          Nah,  el amor no correspondido es horrible, un monstruo.
-          Como un violador que se te mete.
-          Vos no sentís amor Pancho. ¿Qué decís?
-          Claro que no, porque ese es el verdadero amor. El que tiene una barrera que sabes que no puede tener cabida en el mundo real. Lo otro, el amor de novios y permitido es éter. Acaso vos no amaste y te mandaron a la mierda?
-          Si, es cierto.
-          Claro, el amado se siente ofendido, pero... ¿y uno, qué?
-          El otro se siente rechazado, reducido, poco importante. Me pasa, me pasa todos los días, y hasta escribo cursilerías para el blog.
-          E incomprendido, qué más quisiera esa persona que no amar.
-          Una paja, sería el permitido justo de esa relación enfermiza.
-          Y  el amor no es eso?
-          Supongo...
-          Para mí el amor, es una cosa que te imponen como el habito de comer. Te educan diciendo, "Vos tenes que amar". Anoche, hablaba con el Peroncho de eso que es el menos indicado, se auto proclama insensible. 
-           O nos lo imponemos.
-          La gente busca "amar". Y al final se termina acoplando a los modelos impuestos, no? Después, perdes la libertad. Y sos un sorete, no sos mas vos.
-          Sí, porque hasta el más hijo de puta desea el amor mundial, porque al final, parece que nos comimos el cuento de que somos seres que viven en sociedad.
-          El tema es que sucede, como inevitable, no?
-          Pero, ¿por qué? si al final, el amor es sinónimo de condición, te limita, te anula, te vuelve opa.
-          Estas mucho tiempo con una persona, entonces debe ser que la amas, porque nadie definió que puede ser otra cosa, otra cosa que ni siquiera le dimos nombre.
-          Es una cosa que se mide con el tiempo?
-          Lamentablemente sí, porque nos regimos por eso, vivimos tantos años, nacemos en tal fecha, nuestros días duran 24 horas. Lo hacemos porque no sabemos otra forma, y nos da paja pensarlo. Yo tenía una relación con una mogólica, creo que te conté.
-          No me acuerdo.
-          Una mina que se olvidaba de las cosas y siempre durante ese tiempo me pregunté qué era eso, aparte de estar más buena que el pollo con frita ¿porque tenía que soportar a una mina que se olvidaba de todo? No podía, digamos, cogerla y listo, porque trataba que alguna vez recuperara algo de memoria, al final, se terminó olvidando de todo, esa mina no tenía la capacidad de sentir un sentimiento. Es lo mismo que el amor a los padres, no lo entiendo, menos el amor a los hermanos.
-           O a los hijos, es algo más complicado aún de vivir, muchas veces pasa por cuidar a los hijos, pero dejar de que se golpeen, que vivan y sufran. Se de muchos que piensan que amar es llevar al hijo al shopping. Eso también, pensaba anoche, ¿Cómo carajo "amas" a una cría?
-          Bueno, a los hijos pongámosle que es un amor a sí mismo, porque son un extensión. ¿viste que uno nunca piensa en la muerte?
-          Yo se que si se muere un hijo, preferiría morirme yo. Evitaría ese momento. Aunque también se, que es algo que puede pasar.
-          Claro.
-          No podría cargar con eso.
-          Pero se puede, creo que nadie se atreve a pensarlo así.
-           A duras penas me hago cargo de mí.
-          Como dijiste, estamos condicionados por el amor, de sentirlo, de demostrarlo, de sufrirlo.
-          Claro, pero hay casos, en el que uno sale de eso. Yo se que quiero, mucho a las personas que me rodean, pero no se si podría adaptarme a un amor, de nuevo.
-          Eso no se discute.
-          Claro, es la respuesta: no debes amarme porque yo no sé amar o no quiero amar.
-          Tengo un problema con eso. Me enamoro de personas imposibles, que están desposeídas de esa capacidad. No saben o no quieren amar. O ya lo hicieron, y vieron que su zona de confort no era por ahí, tendría que resignarme, es como madurar.
-          En las reuniones familiares, me dicen "¿Cuándo te vas a casar? Respondo; Nunca, no me casaría nunca. Hay cosas, que uno tiene que vivirlas solo/a. Estados y situaciones que no estoy dispuesta a compartir, mi mundo es tan propio que cualquier agente externo me saca de la casilla.
-           Fui a un casamiento el viernes, me cuesta entender que todavía se haga eso. Es un chica joven, digamos 23 años… qué les pasa? Bueno, está bien... casate! pero es necesario todo ese desgastante ritual. Una semana antes la mina pasó por casa, y contaba que había tenido un ataque de ansiedad por la boda.
-         ¿Es la amiga de tu mujer? Amor común, imposición.
-          Sí. Después, la fiesta ¿todo hay que cumplirlo? desde el vestido, las fotos, los souvenir, la liga... A veces creo que no avanzamos nada.
-          Eso, está impuesto. A mí, me querían casar, porque estaba embarazada!!! Obvio, no me casé, mi abuela no me puede mirar a los ojos, por no cumplir con los mandatos de la iglesia.
-          Tu abuela quería joda, canilla libre de fernet.
-          Quería tener que comentar lo linda que estaba su nieta con el bombo inflado que todavía no se le veía, entonces se podían dibujar las fechas.Por ahí, la piba era prematura, anda a saber. En fin, todo te imponen, y es horrible, lugares comunes, sentimientos mediocres, odio real.
-          Yo me casaría por civil, es más lo hablamos, porque es un garrón.
-          Vos te casarías, pero por la casita del IPV.
-          La burocracia, claro, para todo.
-          Tenes ciertos beneficios. Pero a cambio de eso, te podes volver loco, y podes perder la libertad, por eso, solamente alguien con tu cinismo o una persona común “bien influenciada” pueden llegar a tomar esas decisiones.
-          Desde el IPV hasta la obra social, es como sacar el carnet de conducir, sabes las reglas.
-          Pero el carnet no te impide que pises el auto a 120, aparte, también está la ley de divorcio.
-          Que me parece que tiene que ser algo simple y rápido, también es más para proteger a la otra persona de la hijaputez de uno mismo, es más creo que lo voy a hacer en las vacaciones. También tengo que ir al odontólogo y arreglar una cuenta en el banco.
-          O sea, casarte es como ir al proctólogo. Bueno, eso es algo que admiro de vos. Como planteas esos conceptos. Me casé, tengo un pibe. ahora no me rompan las pelotas. Se complica, pero seguís siendo vos. Tenes que tener un chip, yo no podría convivir con alguien a quién teóricamente amo.
-          Acaso el casamiento no es eso? al final es lo mismo que un banco, al final del tramite te dicen: firme aquí y aquí, y aclare abajo.
-          Vos sabes que el día que te cases, para todos tus amigos va a ser un dolor de huevos? e incluyo, sería como perderte otro año.
-          Por eso ni pienso decirlo, es algo entre dos personas, y como te digo, es coherencia. Porque si vemos las noticias decimos “qué hijo de puta no le pasa los alimentos”. Pará, ¿vos te blindaste contra eso? bueno, pongo legalmente mi compromiso a pasar la cuota alimentaria sin chillar, y sin trámites. Aparte tengo las bolas infladas de buscar siempre dos testigos para un certificado.
-          Puedo ser testigo? Y emborracharme ?
-          Nadie se emborracha después de salir del banco, o de hacer un trámite.
-          Sos un hijo de puta. Estoy como mi abuela, quiero canilla libre de fernet, y hacer lluvia de vómito con Españita.
-          Eso es darle el sentido, ves, te condiciona la tradición.
-          Me cagaste.
-          Me voy.
-          Dale, chau


domingo, febrero 23, 2014

40


Esta noche las llamadas llegan como cada noche. Fuera hay luna llena. La gente está dispuesta a morir por las notas del colegio. Por las riñas familiares. Por problemas con el novio. Por lo cutre que es su trabajo. Todo mientras intento preparar un par de costillas de cordero robadas.
La gente hace llamadas interurbanas y la operadora me pregunta si acepto una llamada a cobro revertido de no sé qué fulano.
Esta noche ensayo una forma nueva de comer salmón en croûte, un gesto de muñeca de lo más sexy, un floreo de nada con la que la gente para la que trabajo pueda impresionar al resto de invitados en la próxima cena. Un truco de sobremesa. Viene a ser el equivalente en etiqueta a los bailes de salón. Ahora estoy perfeccionando una técnica muy vistoza para meterse las cebolletas con crema en la boca. Casi tengo dominada la técnica de rebañar toda la crema de salvia cuando de nuevo suena el teléfono.
Llama un tío para decir que va a suspender segundo de álgebra.

   Para no perder la práctica, le digo que se suicide.

   Llama una mujer y me cuenta que sus hijos no se comportan.

   Sin que me tiemble el pulso le digo que se suicide.

   Llama un hombre para decir que su coche no arranca.

   Suicídate.

   Llama una mujer para preguntar a qué hora empieza la sesión de noche.

   Suicídate.

   Ella pregunta:

   -¿No es éste el 555 1327? ¿Es el multicine Moorehouse?

   Yo le digo: suicídate. Suicídate. Suicídate.

    Llama una chica y pregunta:

    -¿Duele mucho morirse?

   Pues sí, cariño, le digo, pero más duele seguir viviendo.

   -Era curiosidad -me dice-. La semana pasada se suicidó mi hermano.

   Ésta tiene que ser Fertility Hollis. Le pregunto qué edad tenía su hermano.

   -Veinticuatro -me dice, sin llorar ni nada. Ni siquiera suena muy triste.

   Su voz me hace pensar en su respiración me hace pensar en sus pechos.

   Epístola I a los Corintios, capítulo sexto, versículo dieciocho:

   "Huid de la fornicación..., el que fornica peca contra su propio cuerpo."

   En esta voz mía, nueva, más profunda, le pregunto cómo se siente.

   -Pues en lo que a oportunidad se refiere -dice-, no llego a decidirme. El semestre de primavera se acaba, y mi trabajo me da cien patadas. Se me acaba el contrato del apartamento. La ITV del coche expira la semana que viene. Si lo hago alguna vez, éste no sería mal momento para suicidarse.

   Hay muchos motivos para vivir, le digo, y ruego por que no me pida una lista. Le pregunto si no hay nadie que comparta su dolor por lo de su hermano. ¿Algún antiguo amigo de su hermano que le ayude a serenarse ante esta tragedia?

   -Pues no.

   Le pregunto si  no hay nadie que vaya a la tumba de su hermano.

   -No.

   Le pregunto si de verdad nadie. ¿Nadie le lleva flores a su tumba? ¿Ni un solo amigo?

   -No.

   Desde luego, causé sensación.

   -No -dice-. Espera. Sí que había un tío raro.

   Genial. Ahora soy raro.

   Le pregunto qué quiere decir con lo de raro.

   -¿Recuerdas a la gente de aquella secta que se suicidaron todos? -me dice-.Fue hace siete u ocho años. Toda la gente de la ciudad que fundaron se reunió en la iglesia y bebió veneno, y el FBI se los encontró muertos en el suelo y cogidos de las manos. Ese tío me los recordó. No tanto la ropa de capullo que llevaba, pero tenía el pelo como si se lo cortara él mismo con los ojos cerrados.

   Fue hace diez años, y lo único que quiero ahora es colgar.

   II Paralipómenos, capítulo veintiuno, versículo diecinueve:

   "... se le salieron a Joram las entrañas..."

   -Hola -dice-. ¿Sigues ahí?

   Sí, le digo, ¿qué más?

   -Nada más -dice.-. Estaba frente a la cripta de mi hermano con un gran ramo de flores.

   Lo ves, le digo. Ése es el tipo de persona a la que tienes que acudir en época de crisis.

   -No creo -me dice.

   ¿Estás casada?, pregunto yo.

   -No.

   ¿Sales con alguien?

   -No.

Pues entonces intenta conocer a ese tipo, le digo. Dejad que la pérdida común os acerque el uno al otro. Éste podría ser el romance de tu vida.

   -No creo -dice-. Para empezar, tú no lo has visto. A ver, siempre me pregunté si mi hermano no sería homosexual, y el rarito ese con las flores ha confirmado mis sospechas. Además, tampoco era muy atractivo.



Libro de la Lamentaciones, capítulo segundo, versículo once:
   "...Mis entrañas hierven, derrámese en tierra mi hígado..."

   Yo le digo que si se hiciera un buen corte de pelo... Podrías ayudarle. Pulirlo un poco.

   -No creo -dice-. El tío es feo pero a rabiar. Tiene un corte de pelo horrible, con dos patillas que le llegan casi hasta la boca. No es como cuando los tíos usan el vello facial como las mujeres el maquillaje, sabes, para ocultar que tienen papada o que no tienen pómulos. Ese tío no tiene un rasgo decente que pulir. Está eso, y luego que es marica.

   Primera Epístola a los Corintios, capítulo once, versículo catorce:

   "¿Y no os enseña la misma naturaleza que el varón se afrenta si se deja crecer su caballera?"

    Le digo que no tiene pruebas de que sea sodomita.

    -¿Qué pruebas te hacen falta?

   Le digo que le pregunte. ¿Tiene que verlo alguna otra vez?

   -Bueno -dice-. le dije que le vería frente a la cripta la semana que viene, pero no sé. No era en serio. La verdad es que casi lo dije para quitármelo de encima. Era tan mísero y tan patético... Me estuvo siguiendo por el mausoleo una hora entera.


Pero aún así tendrás que verle, le digo. Se lo has prometido. Piensa en tu pobre hermano, en Trevor. ¿Qué pensaría Trevor si ella dejase tirado a su único amigo?
   Ella pregunta:

   -¿Cómo sabes su nombre?

   ¿El nombre de quién?

   -De mi hermano Trevor. Has dicho su m¡nombre.

   Lo habrás dicho tú primero, le digo. Lo has dicho hace nada. Trevor. Veinticuatro años. Se suicidó la semana pasada. Homosexual. Puede. Tenía un amante secreto que te necesita desesperadamente para llorar en tu hombro.

   -¿Con todo eso te has quedado? Sí que sabes escuchar -dice ella-. Estoy impresionada. ¿Qué aspecto tienes tú?

   Feo, le digo. Repulsivo. Pelo feo. Feo pasado. No te gustaría una pizca.

   Le pregunto sobre el amigo, quizás amante, o viudo, de su hermano: ¿piensa volver a verlo la semana que viene, como le prometió?

   -No sé -me dice-. Puede. Quedaré con el bobo ese si ahora tú haces algo por mí.

   Pero recuerda, le digo. Tienes la oportunidad de marcar una profunda diferencia en la soledad de otra persona. Tienes una magnífica oportunidad de aportar amor y cariño a un hombre que necesita desesperadamente de tu amor.

   -A la mierda el amor -dice, y su voz cae para unirse a la mía-. Di algo que me ponga cachonda.

   No sé de qué habla.

   -Sí que sabes de qué hablo.

   Génesis, capítulo tercero, versículo doce:

   "... la mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí."

   Oye, le digo. No estoy solo. Tengo alrededor a un montón de abnegados volutarios dando lo mejor de sí.

   -Venga -dice ella-. Chúpame las tetas.

   Le digo que se está aprovechando de mi naturaleza de por sí amable y abnegada. Le digo que tendré que colgar.

   Ella dice:

   -Cómeme entera.

   Le digo que voy a colgar.

   -Más fuerte -dice ella-. Dame más fuerte. Más fuerte, fóllame más fuerte.

   Se ríe y dice:

   -Chúpame. Chúpame. Chúpame. Chupa. Me.

   Le digo que voy a colgar. Pero no cuelgo.

   -Sabes que lo deseas. Dime qué es lo que quieres que haga. Sabes que quieres. Hazme hacer algo terrible.

   Y antes de que me la pueda sacar, Fertility Hollis lanza un aullido entrecortado de reina del porno del orgasmo.

   Y cuelgo.

   I Timoteo, capítulo cinco, versículo quince:

   "Porque algunas ya se han extraviado en pos de Satanás."

   Me siento impuro y usada, sucio y humillado. Sucio y burlado y descartado.

   Y suena el teléfono. Es ella. Tiene que ser ella, así que no cojo el teléfono.

   Durante toda la noche el teléfono suena, y yo me quedo sentado y me siento engañado y no me atrevo a cogerlo.


 
 

Fragmento: SUPERVIVIENTE, Chuck Palahniuk