martes, mayo 04, 2010


Anoche soñaba que pescaba una nube y a la luna, entonces les cambiaba los colores: el kumulusnimbus ya no era gris, y sus rayos destellaban violeta. La luna tenía los ojos grandes y unas pestañas largas, interminables y perfectamente arqueadas, tanto que hipnotizaban a las mareas y los barcos terminaban naufragando en islas donde las tormentas eran de té de frambuesa y los rayos hacían que la gente se enamore locamente, los aviones se perdian en la nube y yo me los guardaba en el bolsillo.
Anoche soñé que en mi cama no tenía espacio, porque dormía con la nube y con la luna, entonces entendi que en mi sueño los personajes se volvían reales, y que estaban durmiendo al lado mío.

(Y el invierno no esta adentro mío)