sábado, julio 01, 2017

Ese lugar
y hasta el centro del planeta
en aquel pedacito de tierra
fue nuestro.

Nadie sabía
que era un campo minado
en los veranos.

Aletearon los mosquitos
sin entender
que ella te necesita
tanto como tu bronca
al arrugar una foto.

Te re imaginé
bancando el momento
y todo se alejó de ahí
el desorden corría
por unas alacenas
de pino y barniz
acarreando azúcar
en hormigas rojas.

Que es la culpa
si en la tierra el pasto crece,
la lluvia es torpe
y si los árboles se cortan
el calentamiento global
se acelera tanto
que vence
a los que no tenemos
disciplina.

Y yo me colgué
imaginando un techo
a dos aguas y un ventanal
del que me iba a costar acostumbrarme
porque las luces de los autos
irrumpirían en la monotonía
para marcar
lo roto
que
estaba
todo
esto.

No hay versión oficial,
no hay redención,
hay tristeza, emancipación
y cucarachas.

Todo tenía que ser
de esta forma.
La administración
exhaustiva de la in-felicidad.










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