domingo, diciembre 14, 2014


Pensaba en mis últimas noches, todas distintas. Termino metida en cada brete, hace unos días me encontré bajo un nogal con un grupo de pseudo intelectuales que importan culturas anglo y las apunan. Me sentí de más, una gorda boluda rodeada de tipos que la tienen clara sin saber por qué. Me fui lo suficientemente en pedo como para poder superar ese momento. Más que el momento, superar el desvarío y el histeriqueo de no reconocerme como parte.

Posterior a eso, celebramos mi cumpleaños con uno de mis grupos de amigos. Todos distintos, todavía no entiendo como carajo logramos querernos. Supongo que somos personas sueltas y yo soy una adicta a las historias tiradas de los pelos. Me esperaban todos tan hermosos con unos bocaditos de jamón crudo -que tienen un nombre muy gourmet que ni en pedo me acuerdo-, vermuces y fernet con coca.

Paréntesis descriptivo: Los amigos:

 Julio Gashegos, histerico, gritón, fanático del pasado y del fútbol, kirchnerista y disconforme crónico. Amigo demandante, el día que explote incendia todo. 

Julio Merlo, el chabón más simple, gamba y bueno que conocí en mi vida, le podés patear la cara que no va a reaccionar mal. 

Con Ana estoy imantada, identificada de punta a punta, Lanita Alzamendi es una flaca hermosa, sensible, tiene unos gustos para la música y la literatura que te hacen descubrirla día a día, la loca se sube a cualquier bondi que la saque de la aldea un rato. No se que mierda hace acá, pero el día que se vaya, tiro todo por la borda y me voy persiguiéndola.

Marti: simplemente la amo, me hace bien, es tan cálida que dos días sin saber de ella me hacen sentir una huérfana de la vida. Con ella como, duermo, hablo, lloro, paso días metida en su casa sintiéndola mía. Criamos a nuestros hijos juntas, yo la parasito y ella no tiene drama. La jodo, le digo que nos falta garchar y somos la pareja del siglo. No pienso descartar esa posibilidad.

Tupac es el mismísimo satanás, cuando te habla te engualicha, te engancha en sus curdas y no podes salir, es un viaje de ida. Puedo pasar días enteros con él que no me cansa, cocina todo el día, es una gorda tana metida en un flaco hermoso. Lo conocí haciéndole una nota para un pasquín de mierda y no lo solté mas.

Sigo con la historia:

Gashegos es calentón, no podes hacerle una joda porque no se la olvida más. Debe pesar 50 kilos con toda la furia y se quiere boxear con todo el mundo. La noche de mi cumpleaños le hicimos una joda y se pudrió todo, el clima se cortaba con el zumbido de un mosquito.

No aguanté, en el primer amague de retirada le pedí al viejo que escucha panró que me busque. De vuelta a casa me acordaba por qué mierda nunca festejo los cumpleaños. Siempre la cago. El pobre viejo siempre termina pagando mis platos rotos.
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El viernes salimos con mi equipo de laburo. Habíamos trabajado todo el día. Acarreábamos una semana tremenda, llena de problemas. A esta altura, fin de año, las cuestiones más pelotudas tienden a cagarte la vida hasta quitarte el sueño.

De repente éramos 5 personas sentadas en el patio de un restaurante con celulares en mano recibiendo y dando directivas. Eran como a las 11 de la noche, y todos teníamos ya varios litros de birra encima, nada puede salir bien, -o nada puede ponerse peor-, es difícil explicar que no hay remedio en ese contexto.

No puedo decir si disfrutaba o no del momento, pero si se que el simple hecho de sentirme útil en un lugar lleno de imbéciles, me dio más placer que odio.

Finalmente terminé en un bar recontra careta hablando de militancia, de política, de como continuar el proyecto nacional y popular con el mismísimo Marcelo Duhalde y una pendeja de la UNSa que parecía una muñeca pero si cerrabas los ojos cuando ella hablaba, la confundías con el Bafle Montaldi de tránsito. Estuvimos horas charlando de mi viejo, del futuro, extrañamos a Néstor juntos. Me contó historias maravillosas. Me las acuerdo y me pone la piel de chancho, antes de irnos lo abracé y nos dijo "les voy a contar a la presi que salta tiene mujeres como ustedes, que con un poco de garra se cargan el país al hombro".

Esa noche el viejo ni apareció, se pasó de pillo contestó tarde mis mensajes de borracha buscando mugre, me había dormido. Lo re entiendo, mi vida es una lotería y el sabe que no se tropieza dos veces con la misma piedra. El sábado la alarma casi me mata, sono mil veces, me levanté con la cabeza y el hígado a la miseria, me tomé un feca, un alical y un litro de agua de la canilla para ir a laburar con las pelotas por el suelo.




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