domingo, marzo 08, 2015

Como relamiéndose
de tanto comer sandía
aparecía entre mis piernas 
y las empujaba.

Me inflaba el tórax,
y se perdía
en las ventanas.


Escupía semillitas
al costado de mi cuello

Y yo que ando
como el conejo
de Alicia en el País
de las Maravillas,
siempre apurada
y a los saltos.
Me tenía que ir.


Nos mostrábamos
las formas de sentir.
La cabeza me crecía
y no escuchaba nada,
había pestañas 
en mis orejas.

Pensaba que,
tengo cosas 
muchas, 
pero ninguna es 
tan importante.

Vibración, desequilibrio
le costaba pararse
del lado de la fragilidad.

Hubo un quiebre
al salir, sentí
que tenía los pies
hundidos
de tanto
empujar en el barro.

Me volví un módem
buscando señal
Wi fi, algo.

El alma se me fue 
del centro
y perdió el eje.

Fijate, creo que
quedó en alguna parte
de ese monoblock.


Llamame
si la encontrás,
que necesito volver
a encajarla.


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