lunes, abril 03, 2017

vivir como polillas

Ni que fuera feriado
o una segunda temporada
de un sábado
pero no,
faltan días completos
para el fin de semana.

Las jornadas
son montículos
de horas iguales
en una oficina chiquita
llena de lámparas
de bajo consumo.

Y si,
al personal fofo
nadie quiere
iluminarlo con leds
de filtros UV.

No hay argumento
que justifique el gris opaco
de esta ciudad
ni sus autos, 
o sus plazas
llenas de palomas 
y vestigios coloniales
que no dejan nada
librado a la imaginación
solo capas
de pinturas y cal
con los colores
de la nueva gestión.

Nos atraviesa la historia
del feudo gobernado
por el hijo 
del hijo 
del hijo
del terrateniente.

Nos atraviesa el discurso
del religioso dolido,
muerto de miedo

la 
más
mínima
expresión 
de libertad.

Para escaparnos de aquí
deberíamos mudarnos
a un placard,
simular una explosión
y vivir como polillas.





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