Má, desde aquí se ven los techos
de todas las casas que sueño,
bajo la polución de los humanos
que vamos a destruir el cielo
con latidos del sol en los párpados.
Má, no llames por WhatsApp
nunca atiendo, se corta
y no da hablar gritando.
Suponete que en estos días
bajando por la avenida
al fin estallo
y digo mi nombre
y me desotro
mientras digo que soy la mala
de todas las pelis
que armamos en hd,
sacando un tramontina
guillado entre mis gambas
para cortarle las orejas
a un conejo.
-¿eso bastará para que aplauda la tribuna?-
Por ahí entienda
que la lengua es una piedra
y no se mueve
con la velocidad
de una ciudad.
Quise irme de aquí y volver a casa
más de una vez,
pero ahora tengo una gata suicida
para tapar el vacío emocional.
Má, tranqui,
todo lo importante
está guardado
entre mi pecho y el estómago,
anidado,
soy la tumba de una sirena
hecha con hilo de cometa.
Má, no me preguntes como llegué
vos ya sabés:
El control de todas las cosas
que habitan en mí
es un monstruo que vive en la vereda
y para llegar hasta acá
tiene que subir muchas escaleras.
Yo sé
que
no
va a poder.
1 comentario:
Eso que usted escribió, es una belleza. Felicitaciones. ;)
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