Usaba unos zapatos de charol negro
con los costados superiores perforados de tan viejos.
Atados a sus talones
/ los hermanos del superyo hecho percha/
a la derecha de un padre.
Las buenas personas
viajan levitando en una calle larga
salida de la nuca
de una madre que trabaja
y nunca es suficiente,
por eso la carencia y la ropa sucia
escondida en el lavadero.
El horizonte es vicioso:
los cerros son el sinsentido encallado
conteniendo las penas emanadas por las cúpulas de todas las catedrales,
la ciudad está al fondo y entre puentes se construye una imagen
Dios es droga
y en su consumo no vemos la falla estructural / por eso la culpa / y esa lluvia que nunca enchastra a los santos. Los pelos de mamá son un tejido que no soporta a nadie más, el techo es tan pesado que raja los cordones que conectan al olvido o a un sueño delicado y apolítico de entender que hay tanto por delante y no resta nada más que seguir en la incoherencia del cuerpo a la mañana. Lavar los platos, sacudir las sábanas y cuidar que el entorno no desate la tormenta encapsulada en el mantel lleno de migas de pan.
Dios es droga
y en su consumo no vemos la falla estructural / por eso la culpa / y esa lluvia que nunca enchastra a los santos. Los pelos de mamá son un tejido que no soporta a nadie más, el techo es tan pesado que raja los cordones que conectan al olvido o a un sueño delicado y apolítico de entender que hay tanto por delante y no resta nada más que seguir en la incoherencia del cuerpo a la mañana. Lavar los platos, sacudir las sábanas y cuidar que el entorno no desate la tormenta encapsulada en el mantel lleno de migas de pan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario