domingo, mayo 11, 2014

"Gálatas 4:16, ¿Y ahora me he vuelto su enemigo? Ella apuesta a que él es bueno. Ahí, en la mesa, ni congelado ni en movimiento, Lane Dean, Jr., ve todo esto y se conmueve, y siente algo más sin nombre conocido, en la forma de una pregunta que a lo largo de una semana de meditación no se le ocurrió una sola vez: ¿por qué está él tan seguro de que no la ama? ¿Cuál es la diferencia de un tipo de amor a otro? ¿Qué tal si no tiene ni idea de lo que es el amor? ¿Qué hubiera hecho Jesús? Porque precisamente ahora él está sintiendo las dos pequeñas y fuertes manos de ella en las suyas, forzando un cambio. Qué tal si él estaba simplemente asustado, si la verdad no era más ni menos que eso, y si lo que había que pedir en los rezos era no tanto amor sino, sencillamente, coraje para mirarla a los ojos cuando te dice lo que te dice y confiar en tu corazón."
[David Foster Wallace - Relato encontrado como quién si quiere la cosa]

Días previos la ansiedad me carcomía los sesos, es que iba a ser genial, ¡ay si! un extraordinario encuentro. Tenía que redactar una nota explicando a que quería entrar al Penal de Villa las Rosas y eso hice: En el penal, había encontrado a un maestro, a un semidios imposible de pasar por alto. Es obvio que no puse eso, hablé de un proyecto de investigación sobre el estudio de un fenómeno social que había encontrado en yanquilandia y quería aplicar en determinados casos, es la cana y mentí. Estaba loca por conocer a esa persona y era lo único que le daba sentido a mi semana. El lunes por la mañana envié la nota en un sobre marrón vía cadete y llamé para asegurarme de su recepción (y eso que nunca desconfío de su servicio), Marta me contestó que la había recibido y que llame a la tarde para saber la respuesta de la gente del lugar.

"- Qué novedades tenés de la nota?"
-"Podes venir este jueves, tenes una entrevista de 15´minutos con él."
-"Gracias! Que buena noticia, repetime fecha y horario por favor así lo anoto en mi agenda. Vamos a llevar una cámara y un corbatero como pusimos en la nota."

-"Este jueves a las 12.00 hs en el penal, te esperamos para la entrevista, no más de 15 minutos puede durar el diálogo."
-"Si si! Perfecto, claro que voy. ¿Puedo llevarle un regalo?
-"Cigarrillos, si tenes suerte te los dejan pasar"

Antes del jueves nunca había entrada a un penal, en los aspectos de la ley salvo algunas multas, no tengo antecedentes, soy una niña de mamá que pasó una noche llorando y temblando en la comisaría a los 17 años por generar disturbios en una marcha. Hasta el jueves que entré y algo me quebró. Los nervios me traicionaron, había estado vomitando y con mareos sembrando la duda ante la chusma de si estaba -nuevamente- embarazada, obvio que no. La chusma no sabe que ya no puedo tener hijos así que me dedico a encausar mi vida hacia lugares nuevos como el Penal de Villas las Rosas. Después de todo, que carajo importa, a quién le importa, ni a mi me importa. 


El jueves llegué temprano, con la copia de la nota y mi dni viejo en mano, tres paquetes de 20 cigarrillos rubios y la tarjeta de SAETA, entré fuera del horario de visitas con la picardía de una puta que va a hacer una visita sanitaria. Las rejas del penal están marcadas, oxidadas y se ve que tienen muchas capas de pintura una sobre la otra, el jardín principal tiene rosales y el pasto cuidado, las paredes de adelante están pintadas como las de una escuela, pintura amarilla claro al agua con una base de latex gris que parte del piso hasta la mitad. Una vez que pasas la primer reja, -donde hay un Señor y una Virgen del Milagro- y el primer pasillo, comienzan a habitar manchas de humedad y olor a comino con fritanga o a mierda no pude sentirlo bien, lo que si nunca sentí un olor así.

Previo a mi entrevista me revisaron entera, me tocaron las tetas y me sacaron la ropa detrás de un biombo, no me importaba nada, que me hagan lo que quieran menos sacarme a la calle, no me dejaron pasar los puchos, puta madre lo bien que nos vendrían a Mercedes y a mí para las noches de charlas. Estaba todo en orden y en una habitación con una sola ventana donde solo se podía ver una cañería me dijeron que espere, había dos policías -una mujer y un hombrecito- y un señor de camisa gris y lentes sin marcos que me dijo que me sentara, hice caso.

Él entró y me paré, no se como, bah si, me levanté como impulsada por un enano debajo de la silla, quería saludarlo como los papistas al papa Pancho, lo había esperado casi una semana y estaba ahí para mí. Más bajo que yo como la mayoría de los hombres en mi mundo, tiene el pelo corto castaño, la boca finita y le faltan 2 dientes arriba y uno abajo, la nariz torcida y está ciego del ojo izquierdo. Todavía siento el hormigueo de mi panza, cuando apoyó su mano en mi hombro y su boca en mi cachete, muy muy cerca de mi boca y en simultaneo puse mi mano en su cintura y me dejé besar entregadísima, los dos policías nos separaron rápido y nos pidieron que nos sentemos enfrentados. Prendí el grabadorcito del corbatero y la camara. ¡Que idiota, me anulé, me comió la situación, me cague en las patas y desperdicié 15 minutos con él! 

- Hola, soy Flor.
- Si sabía, me lo habían dicho a tu nombre ya, pero nadie me contó que eras tan linda.
- Gracias ¿Cómo estas?

- Y ahora bien, como te voy a soñar esta noche, Flor.
- Te traje unos puchos, pero no me dejaron pasarlos. Solo se hacen entregas los días de visita, me dijeron.
- Dejá, ya veo como los consigo, si no vas a tener que volver a traerme, nada es gratis en la vida.
- Si claro, ¿Te visitan mucho?
- Antes venían bastante, ya no vienen casi. Quieren que me canse de estar aquí y me porte bien para salir. Igual al pedo si mi familia esta aquí adentro casi toda. ¿Vos? ¿para que me querés linda? ¿Cuántos años tenés? Sos bien piba vos.
- Si, soy pendeja pero eso no importa, vine porque leímos un guión tuyo muy loco, escribís muy bien, tu historia nos atrapó a todos y queremos realizarla. Averiguamos algo y tenemos un par de oportunidades es por eso.
Decime, los personajes de los que hablás, ¿son todos reales?
- Si, ahora casi todos están acá, algunos en mi pabellón, ellos son mi familia yo no tengo papá ni mamá ni hermanos, me crió una señora que se murió hace unos años.
- Claro, de ella también hablas, hace cuánto no la ves?
- No, ni idea venía a verme y despues me dijeron que había palmado pero ni me acuerdo ya cuando ¿Me vas a hacer famoso? Mira que por vos salgo de acá y todo, eh! Como voy a soñar con vos esta noche, Flor.
- Hablame de la noche en que decidiste entrar al Disco, ¿lo habías planeado?
- Desde los 11 años que me pateaba todo y el super quedaba en mi zona. Nosotros ya veníamos haciendo eso hace rato. Afanábamos lo que sea, con tal de pegar falopa y fasito y tener unos pesos para unos tragos, yo no soy de la villa me hice villero ganándome a los pibes me compré a los amigos demostrando que era del palo.
Todos entraban y salían del penal porque eramos menores o por cajetas. Acá esta la joda, la buena vida, el penal es cinco estrellas, si me sacan de acá me muero yo, así que a los 18 salí como siempre a chorear pero me deje agarrar solamente para entrar, y declaré que me había cargado a uno así que me metieron y chau una vez adentro vos manejas la salida como te pinte. Yo acá escalé y me gané el respeto de todos, me tienen miedo, me respetan si no te chusean todos y sos el novio o el gil de la mitad del pabellón.
- ¿No extrañás nada de nada?
- Las tardecitas en el río re loco después de agitar con los pibes a la noche, caíamos ahí a jalar un rato porque no te jodía nadie. Ya no jalo yo, estoy grande, agité mucho acá adentro me volví un grande, ahora me hice cristiano y laburo haciendo un par de muebles, si queres te regalo alguno.

- Me vendría de diez che, mi casa no tiene muebles casi.
- Por vos Flor, hago de todo, hasta una cuna para hacerte un hijo.
- Sos simpático, galán. Se ve que la pasan bien, harías otro taller de escritura?
- Si che, me pinta escribir, nunca terminé la escuela, ahora la estoy por terminar, pero soy medio malo para los números, no los entiendo y además al pedo, si no me sirven para nada acá. Igual que historia o ética, que loco que te enseñen ética estando guardado, acá no hay ley, no hay nada las leyes las ponemos nosotros. 
- Y bueno, por ahí piensan que es una forma de reinserción, no?
- De acá no se sale nunca, es una sombra, sos una sombra nadie te va a volver a ver como antes, sos un preso toda la vida.
- Ah...

Nos interrumpió el señor de camisa gris, que ya era hora de irme, nos dijo. Renegamos los dos y nos miramos, me dijo que era linda, que me iba a soñar y que le gustaba mi nombre, me quiso agarrar la mano, pero no lo dejaron. ¡Como perdí el tiempo! algo más me contó que suerte que está grabado porque no me acuerdo. Que me sueñe es un halago, que se haga una paja es mejor, me gustaron sus brazos, me quedé helada ante él, de verdad es un ser divino como se autoproclama en sus escritos.

Cuando salí de la habitación después de que se lo llevaron el hombre y el hombrecito policía, la mujer policía me preguntó si no tenía mejor cosa que hacer que hablar con un preso. Yo miraba como se veían la punta de los cerros. Es un tedio del cuál ni en el penal uno está a salvo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Terrible mujer, que bien estas escribiendo

fer salas dijo...

genial flor! lo quiero leer, quiero ver eso que estas planeando!!

Flor Arias dijo...

Falta un toque! Cuando salga, tendrás la exclusiva!