domingo, junio 08, 2014

Ya nos vamos, perá.

Debería leer menos porquerías de autores contemporáneos under y más el diario para hacerme real, olvidarme de superar mi propia marca de subir dos pisos por la escalera en 15 segundos, comprar cortinas para las ventanas de mi casa ahora que hace frío y una para el baño porque se inunda siempre que alguien se baña. Proponerme objetivos fijos y cumplirlos; como madurar antes de los treinta, pactar citas con la depiladora y después cumplirlas para volver a cocinar con la vagina suave, comprarme un lavarropas, cambiar de auto y buscar un trabajo que me obligue a usar buenos zapatos, dejarme el pelo largo, pintarme mechitas de rubio, delinearme los ojos y usar rush rojo para sentirme sexy, pensar en usar siliconas, pretender una familia, mirar revistas, tener una posición política definida para poder hablar con las personas, escuchar canciones conocidas.

Hoy tendría que ir a un velorio pero no tengo ganas, ayer se mató Andres que era un amigo de la infancia con el que andábamos a caballo, íbamos a la pileta, y rompíamos las pelotas como cualquier grupo de pibes. Me acuerdo que usaba anteojos y le silbaba el pecho. Cuando me dijeron que se había dado un tiro me acordé del día antes de mudarme: mi hermano, Andres y yo nos metíamos en una caja que había en la vereda de mi casa y jugábamos a ser basura, nos quedábamos quietos y cuando la gente pasaba salíamos de la caja para hacerlos asustar. Cuando le tocó el turno a él se metió a la caja de una heladera y asustó a una chica que le dijo "Pendejo Choto, Diosito te va a castigá!" fue gracioso y nos reímos durante un buen rato de eso. Después nos fuimos, y todos los veranos estaba ahí, como si el tiempo en su vida pasara de la peor manera. Hace poco lo volví a frecuentar, lo veía cuando me tocaba ir a los valles con los técnicos del laburo y parábamos a cargar combustible en la Shell de Cerrillos y él era playero. En la vida de ese pibe, definitivamente el tiempo no pasaba. Que bien que se mató. El tiempo así es una mierda.

Tengo que dejar de pensar y usar fixture, ser puntual, dejar de formular todo como en narrativa, ponerme límites y ponerle límites a los que me rodean, pagar las cuentas a tiempo, bajar de peso, comer más sano y tomar menos alcohol, olvidarme de la idea de estudiar música y retomar mi carrera en la universidad, cumplir horarios, planificar y después morirme sintiéndome sola, en caso de disconformidad podría seguirle los pasos a Andrés, mi amigo de la infancia, que es más valiente que nosotros que seguimos vivos y no sabemos para qué mierda. 

Ahí llamé a mi hermano y le conté, al menos eso, gracias a que se mató voy a volver a ver a mi hermano. No voy a velorios, pero este es con cajón cerrado.

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