miércoles, septiembre 17, 2014

Todo ser externo, puede ser dañino.
Como los compañeros del trabajo, que trasladan sus problemas a la oficina y es como un consultorio psicológico de dramas innecesarios y comunes. 
Hoy le otorgaron un cargo a alguien que ya tiene un cargo y entonces ahora tiene dos cargos; o sea tendría que ser dos personas y cobrar dos sueldos para mantener dos familias, pero lleva un anillo de casado y al parecer es una sola persona. Le hice una nota y manifestó estar calificado para ocupar dos cargos en la misma carga horaria. Dijo muchas cosas más pero yo lo miraba a los ojos y no lo escuchaba. Le buscaba la capacidad y no la encontré. 
La gente externa, es nociva. No la entiendo.
Como ese señor que cuando volvía a mi casa de comprar tres tachos de esmalte sintético quiso pasarme en su auto y me chocó.
Se fue, y yo no hice nada.
Supongo que sabía que era un monstruo. No esos de garras y dientes filosos con pelos en los lunares, si no un monstruo pelotudo.
Lo dejé ir, y sumé un bollo más a mi auto, ya tiene cuatro. 
No hice nada. 
Nadie en el interior del auto se golpeó, solo se cayó un tacho de esmalte sintético al suelo y se abrió, la alfombra ahora es verde, un poco verde. El señor me debe 79,63 pesos y no sumé chapista porque se que nunca lo va a pagar.
¿Dónde va un señor en un escort blanco tan apurado a esta hora? 
Lo mejor era dejarlo ir, creo que en su afán por pasarme ni cuenta se dio.
Su chapa era CVA Creo que voy Apurado.
Creo que Voy A... pintar mis sillas de otro color.




*A mí me parece que la gente cree en el cielo porque no le gusta la idea de morirse, porque quiere seguir viviendo y no le gusta la idea de que otras personas se muden a su casa y echen sus cosas a la basura. 

*A veces, cuando las personas se mueren, las ponen en ataúdes, lo que significa que no se mezclan con la tierra durante muchísimo tiempo, hasta que la madera del ataúd se pudre. 

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