Siempre
amanece con la mirada desorbitada y traduce sus dolores en malhumores matinales, pero lo real es que la fecha le hierve el alma.
Me habla de Carlos Ricardo Torres (Carlitos). Lic. en Administración (UBA).
Traductor ingles/francés. Trabajaba en ENTEL dando apoyo idiomático en llamadas
internacionales. Militante JTP (Montoneros). Secuestrado y desaparecido.
"Eramos amigos desde pibes. Jugábamos mucho a pesar que yo era 6 años
mayor. Él era nuestro hermanito menor".
"Carlitos
vivía en el departamento de al lado del mío. Mi vieja fue testigo del
secuestro. Se casó y se mudó al dto. 4. Con su esposa íbamos a la
casa de gobierno a hacer quilombo después del secuestro, en el 77. No quedamos
pegados de pedo. Pero ni te importa cuando estas ahí".
De
las andazas se hace uno parte de la historia, por eso Edu es mi prócer vivo, mi
batman peroncho de las jogginetas grises, porque me cuenta y se me pone el
cuero i chancho, y como no: "Y cuando estaba el mundial del 78. En 1981
salimos con Beatriz, mi ex esposa en la tapa de La Opinión. Ahora tienen que ir los
que no iban, no cuesta nada, es un paseo turístico. Me pone muy triste. El peor día del año todos los años".
El
porteño, que es pícaro y la tiene más grande que todos, me dice: "Con mi
amigo Rubén nos rajábamos del trabajo algunos jueves y con nuestro mejor traje
y corbata nos dábamos una vuelta con las
viejas haciéndonos los boludos con cara de pitufos. Porque la cana no dejaba
pasar. Pero como eramos re pitucos, pasábamos".
Rubén
es su hermano del alma y de militancia, un viejo megafachero, que según me
cuentan, no paraba de levantar en sus épocas doradas. Y ahí están los dos un
día como hoy con la herida abierta, mientras nosotros disfrutamos del feriado.
"Yo
siempre ando un poco triste . Por ahí los kilombos cotidianos me dejan más
tranquilo. Estamos bien con tu vieja. Las cosas se acomodan, pero no es todo
tan fácil, viste".
Antes
de irse a dormir, me dice "Las marchas ahora son como los desfiles en
California del orgullo gay. Con respeto, pero es solo testimonial. Igual voy.
Para que se vea que somos muchos que tenemos memoria".
Desde
que me levanté, pienso en Eduardo con la garganta cargada de pedacitos de
angustia. Pasa que me teletransportaría solamente para marchar colgada de su brazo y
llorar con él. Porque el dolor se
siente igual todos los años.
La
puta de la vida no me hizo su hija de sangre pero él sabe que lo quiero así, se lo digo entre chistes, como
para sumar a todo el amor que nos debemos. Mientras yo lo pienso, mi hermana Agustina me avisa que están en la marcha, como siempre, un año más pidiendo Memoria, Verdad y Justicia.
2 comentarios:
Muy bueno. Gracias por no olvidar y por aportar a la memoria.
No abandones el blog.
Gracias horacio! No pienso abandonarlo
Publicar un comentario