miércoles, septiembre 20, 2017

Viste a un dinosaurio,
meterse en la inmensidad interna
de tu panza
y esconder algo que hace sombras.

Así aparecen
tus lluvias a cuadras
no hace falta, posta,
no hace falta.

La transparencia misma
de aquella noche
en la que sonó 
miles de veces esa canción
donde hay un bucle,
el bucle,
ese bucle
que se clava
en las excusas.

Así andamos los seres racionales
buscando la interpretación
de los problemas de los otros,
pidiendo puntualidad
a los camiones recolectores
y comiéndonos las uñas
pensando que la tenemos clara.

Llevamos metales
y minerales en los pies
que nos penetran y rompen
de abajo hacia arriba
entre persianas 
puertas y canillas.

No sabemos
de la memoria de ese animal
muy grande y extraño
abandonado con algo en su mano,
bajo una luz fluorescente 
de la avenida
esperando alguien que lo cuide.

Ni nos resulta raro
mirarnos a un espejo y no vernos
del otro lado del cosmos.









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